Los que usan siempre la misma ropa;
los que llevan amuletos;
los que imploran mirando al cielo; los que creen en supersticiones.
Y están los que siguen corriendo
cuando les tiemblan las piernas;
los que siguen jugando cuando se acaba el aire;
lo que siguen luchando cuando todo parece perdido,
como si cada vez fuera la última vez,
convencidos de que la vida misma es un desafío.
Sufren, pero no se quejan, porque saben que:
el dolor pasa, el sudor se seca, el cansancio se termina.
Pero hay algo que nunca desaparecerá:
la satisfacción de haberlo logrado.
En sus cuerpos hay la misma cantidad de músculos;
en sus venas corre la misma sangre.
Lo que los hace diferentes, es su espíritu,
la determinación de alcanzar la cima,
una cima a la que no se llega superando a los demás,
sino superándose a uno mismo.
Pete Sampras
No hay comentarios:
Publicar un comentario